CAST / GAL

El tropiezo
María Elena, 43, Lugo

A los seis años, una anciana le aseguró un destino extraordinario.
Desde entonces, lo persiguió como quien intenta atrapar humo.
Probó carreras, amores, viajes, sin hallar el encaje.
A los cuarenta, tropezó con una baldosa suelta y cayó, como si el suelo la esperara con paciencia.
En el hospital, entre radiografías y silencios, comprendió que el destino no es un plan ni una promesa, sino un accidente perfectamente calculado.
Pintó ese instante y vendió la obra con el título:
“Caída libre hacia lo inevitable”.
Y al fin, supo que ese tropiezo era suyo.
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