Si es para ti, ni aunque te quites
Ana RF, 37, A Coruña
Paco no recordaba en qué momento empezó todo, ¿hacía un mes, mes y medio? Quizá fue aquella tarde en que la vio, serena, esperándolo sin saberlo. Desde entonces, su presencia lo seguía a todas partes: en la cocina, en el salón… hasta en sus sueños. Nunca se atrevió a confesarle cuánto la deseaba, ni cuánto imaginaba tenerla para él solo. Su piel tersa y brillante, su tamaño perfecto. Decía que no era el momento, que el destino decidiría. Y así fue: un día, se encontraron frente a frente. La pata de jamón de sus sueños, a mitad de precio.