Forjado por el destino
J. Mariposa, 24, Terradillos
El destino puede ser una hermosa arma de doble filo. A veces sonríe, otras, te golpea sin piedad. Yo pensaba que el mío era cruel: puertas cerradas, sueños rotos, fracasos. Creí que no estaba hecha para el triunfo. Pero con el tiempo entendí algo. Cada caída fue una lección, cada obstáculo, un impulso. El destino no me negaba el éxito, me empujaba a merecerlo. Hoy. desde la cima que tanto costó, lo agradezco. Porque a veces, lo que parece un castigo, solo es una forja. El destino puede ayudarte... o destruirte. Pero tú eliges qué hacer con sus golpes.