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LA CARTA
javier57, 67, Madrid

El timbre de la puerta sonó. El anciano observó por la mirilla, era un hombre de mediana edad.
- Señor le traigo una carta- dijo.
Sus manos temblorosas abrieron el sobre.
“La guerra y el destino nos separó, pero nunca te olvidé.
Cuando leas esto, me habré ido. Te dejo mi legado: nuestro hijo”.
Al acabar de leerla, unas lágrimas cayeron por sus mejillas.
Levantó la mirada. El mensajero observaba en silencio.
- ¿Eres tú?
El visitante, antes de marchar, esbozó una sonrisa.
Tantos años, solo, esperando un reencuentro que nunca ocurrió. Quizás, le había llegado la hora de partir.
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