Una sola oportunidad
Abeja reina, 35, Madrid
Daniel se asomaba a la mirilla cuando a la vecina se le cayó un frasco de cristal. El suelo del descansillo, se llenaba de cristales impregnados de una sustancia dorada y pringosa. Sin dudarlo dos veces, Daniel abrió la puerta de su casa y la ayudó a recogerlo. No fue hasta que apartaron los cristales grandes, que se pusieran a hablar.
Nacida en Vigo, Carme volvió al pueblo de sus abuelos para encargarse de las colmenas. En la ciudad, pasaría unos días y luego regresaría de nuevo. Ese viernes quedarían para tomar un café. Daniel tenía una sola oportunidad.
Nacida en Vigo, Carme volvió al pueblo de sus abuelos para encargarse de las colmenas. En la ciudad, pasaría unos días y luego regresaría de nuevo. Ese viernes quedarían para tomar un café. Daniel tenía una sola oportunidad.