FRAGMENTOS DE LUZ Y MEMORIA
Silvia Domínguez, 30, Maceda
En la penumbra, el destino susurra sin voz, traza en silencio hilos invisibles que aprietan el pecho. No hay fuga ni escape, solo un mapa de sombras donde cada paso es un eco sin tiempo. Ella camina sin saber, con la noche clavada en los ojos, la memoria rota en fragmentos de luz. Un instante detenido, un suspiro que se desvanece. El destino no perdona, es un poema sin autor, una cárcel sin barrotes. Y en esa red invisible, el alma se pierde, se encuentra, se rompe y se entrega. Porque no hay otro camino. Solo este, siempre este.