La moneda infalible
Soraya, 44, Salamanca
Decidió su vida con una moneda. Cara para el éxito, cruz para la miseria. Lanzamiento tras lanzamiento, el metal caía siempre del lado correcto, abriendo puertas, dictando fortuna. Construyó un imperio, se codeó con la élite, todo por el azar de un trozo de cobre. Un día, aburrido de tanta infalibilidad, la lanzó una última vez. La moneda giró en el aire, cayó y, por primera vez, no mostró ni cara ni cruz. Se perdió en la grieta del suelo. El destino, al fin, le concedía la libertad de decidir.