CAST / GAL

Desatando nubes
Mamen, 58, A Pobra do Caramiñal

Le daba miedo soñar. Le enseñaron, desde niña, que “las cosas son como son”, que muy poco o casi nada se puede hacer para cambiar el destino. Por eso, cada noche, guardaba obediente, tras su piel, el vuelo de los pájaros, los inmensos cráteres de la luna y las distancias donde caían los puntos cardinales.
Aun así, una tarde de octubre, comenzó a desatar nubes bajo la lámpara de su alcoba, y se le llenaron los ojos y las manos de lluvia, de azules paisajes en los que, a partir de entonces, se urdieron sus pies, hilando su propio destino.
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