CAST / GAL

Tempus fugit
Espantallo, 47, Santiago de Compostela

Él sacaba fotos para detener el tiempo y cuando llegaba a casa las observaba como un cazador satisfecho contemplando las piezas conseguidas. Así lograba inmortalizar lo efímero, lo fugaz, los momentos que se desvanecían cada segundo para ya nunca volver.

Pero un día, frente al espejo, se dio cuenta de que el tiempo había seguido pasando para él. Solo había conseguido paralizar el tiempo de otros. Ese pensamiento le produjo una gran tristeza hasta que se dio cuenta de que él también aparecía en todas sus fotografías. Estaba siempre ahí. Él era el que observaba desde detrás del objetivo.
Compartir: