CAST / GAL

Vivan los quintos del 82
VICTOR, 46, Salamanca

El viejo maestro se aproximó al atril e impartió su última lección, consciente de que el destino del pueblo estaba vinculado al de su escuela rural, que hoy echaba el cierre ante la falta de niños.
Sobre la oscura pizarra color oliva, las agujas del reloj dejarán de girar sobre su eje, igual que dejarán de girar los trillos alrededor de las parvas. Tampoco sonará el tic tac del segundero, ni el golpeteo de la pelota contra el frontón de la Iglesia, donde un “Vivan los quintos de 82” se aferrará a la pared, como un quimérico susurro del ayer.
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