Destino
Luis, 68, La Coruña
Se levantó con una sensación de opresión en el pecho. Le sorprendió el silencio de la
casa, como si no fuera la suya. No se acostumbraba a la soledad, tan presente desde la
muerte de su esposa. Pero hoy intuía que algo iba a suceder. Abrió el periódico y buscó
el horóscopo. Leyó: “Hoy es el día. Hará un viaje que cambiará su vida “. ¡Era la señal
que esperaba! Hizo el equipaje y se dirigió al aeropuerto.
Allí, el empleado de la compañía aérea lo sacó de su ensimismamiento: “Por favor
señor, hay gente esperando. ¿Destino?”
casa, como si no fuera la suya. No se acostumbraba a la soledad, tan presente desde la
muerte de su esposa. Pero hoy intuía que algo iba a suceder. Abrió el periódico y buscó
el horóscopo. Leyó: “Hoy es el día. Hará un viaje que cambiará su vida “. ¡Era la señal
que esperaba! Hizo el equipaje y se dirigió al aeropuerto.
Allí, el empleado de la compañía aérea lo sacó de su ensimismamiento: “Por favor
señor, hay gente esperando. ¿Destino?”